quarta-feira, 16 de setembro de 2009

Las Pruebas Nos Hacen Crecer

“Hermanos míos, consideraos muy dichosos cuando tengáis que enfrentaros con diversas pruebas, pues ya sabéis que la prueba de vuestra fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada”

St 1.2-4

Al escribir su carta a hermanos que estaban esparcidos por varias regiones del mundo (inmigrantes), Santiago empieza su carta tratando del tema de las probaciones. Ciertamente sabia muy bien de los problemas y dificultades extras de los inmigrantes y de la necesidad que tienen de cuidado pastoral debido a su contexto.

Santiago desea que sus lectores cristianos encaren las pruebas de forma completamente nueva y renovada en relación con la manera como normalmente las enfrentan las demás personas. Pasar por variados períodos y tipos de dificultades debe ser considerado por los cristianos como motivo de toda alegría y una forma de recibir la propia gracia de Dios en sus vidas. Según él, como cristianos tenemos el conocimiento y la sabiduría acerca de la acción de Dios en nosotros y por medio de nosotros.

Así entendemos que las pruebas no son meros sufrimientos, sino que tienen una dimensión espiritual muy importante: nos llevan a la necesaria constancia que produce en nosotros la madurez y a la integridad humana plena ante Dios. Eso genera en nuestras vidas un sentimiento de saciedad al igual que el del Sl 23.1. O sea, aun que no tengamos una salud o estética perfectas y nos falten los recursos para comprar todo lo que nuestro corazón desee (consumismo pagano), encontramos en la persona, en la gracia y en acción pastoral de Dios una satisfacción plena y madura.

¡Sigamos firmes los caminos del Señor para nuestras vidas!

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